domingo, 4 de noviembre de 2007



Están ahí, no los puedo ver bien (solo los ojos), pero lo siento cuando apago la luz de mi cuarto. Me vigilan, miran cada movimiento que hago en la cama, pero solo esperan… esperan con paciencia que cometa un error. Ya rompieron todas mis barreras defensivas. Mas que romper, se las comieron una a una, disfrutando mi derrota. Lo único que me queda, y ellos lo saben bien, es taparme con la frazada o cerrar los ojos en la oscuridad, cualquier cosa que no me permita verlos a los ojos. Algo de eso no les permite avanzar, será que cuando no los veo, no existen. El problema es que, cuando me destapo la cabeza o abro los ojos, ahí aparecen de vuelta, y se acerca.. se acercan…